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CRÓNICA A Summer Story 2015: Un debut por todo lo alto en la Ciudad del Rock

Antes de entrar en materia acerca del festival ‘A Summer Story’, nos gustaría realizar una breve entradilla en la cual, os anticipamos que pese al carácter pura y únicamente trancero de este portal web, no hemos visto ningún inconveniente en narrar cada aspecto del festival a nuestros ojos, puesto que como todo el mundo sabe, el trance lleva hermanado con el techno de manera histórica desde sus orígenes, y con el cual hemos disfrutado muchísimo. Dicho esto, ¡procedemos a ello!

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Nos remontamos a febrero, cuando la empresa Disorder Events, quien ya contaba con la experiencia de un Armin Only, un ASOT 600 y dos ediciones del popular Madrid Winter Festival, desvelaba un nuevo festival para verano del cual nos hacíamos eco instantáneamente puesto que el primer cabeza de cartel anunciado fue Armin van Buuren. Meses que se nos fueron haciendo eternos, con una organización espléndida en las redes sociales, atendiendo cualquier tipo de duda o sugerencia, desvelando poco a poco los artistas, infraestructura, normas generales, sistemas de tokens, escenarios y horarios, solidificando una organización más que eficaz y a la altura de un festival de semejante calibre, con una variedad de estilos para todos los públicos, Techno, EDM, Progressive House, Hardstyle, Trance, House, Bass y Remember.

Allí estábamos el equipo de Trance.es el viernes 10 de julio, dispuestos a vivir el primer día de festival. Tras un rato de reunión y risas en el parking como bien manda la tradición, pudimos ver como la afluencia al festival era masiva y como el sistema de colas y entradas estaba perfectamente preparado para ello. Nos dispusimos a entrar a tiempo para deleitarnos con los últimos coletazos del set del español Paco Osuna, el cual habíamos escuchado desde el parking con tan buena pinta que nos llamó a entrar antes de lo previsto con suspiros de canciones como Plastikman – Spastik (Dubfire rework) que se escuchaban en la lejanía. El Stardust Area se había vestido de gala para la ocasión y presentaba un sonido exquisito, que nos hacía disfrutar del techno más oscuro y minimalista como es debido, y a continuación presentaría a Chris Liëbing, quien mantuvo las espectativas creadas por Paco Osuna y nos regaló dos horas de techno y magia.

De dichas dos horas, nos vimos obligados a cumplir solo una 1 Hora y 45 minutos, puesto que en el mainstage teníamos una cita con los primeros cabezas de cartel de la noche, el trío (dúo en este caso, puesto que sólo acudieron Paavo y Jono) Above & Beyond. Sincera y personalmente, la sesión que mejor sabor de boca nos dejó de todo el festival, puesto que partíamos con la premisa de que Above & Beyond ya no son lo que eran antes y quizás, pese a mantener la calidad en sus producciones, a la hora de verlos en vivo no generarían tanta energía y epicidad como hacían antaño y su sesión se haría bastante monótona y aburrida. Qué equivocados estábamos.

Con un espectacular juego de luces e imágenes y textos escritos en directo por los propios artistas desde su ordenador, la primera canción que nos brindaron, como era de esperar, fue la canción bandera de su nuevo álbum ‘We Are All We Need‘ el remix de ilan Bluestone, continuada por su remix a ‘Faithless – Salva Mea‘ y por una vocal que a más de uno le dejó con la boca abierta por lo bien que suena en directo, como es ‘Peace of Mind‘. Repertorio actual puro y duro con canciones como ‘Hello’, ‘Mariana Trench’, ‘Walter White’, o Treasures, que les sirvió para hacer un cierre épico, rozando la fibra sensible a más de uno, y sus vocales más famosas como ‘Black Room Boy’ mezclada con ‘Big Ben’ de Bluestone o Sun & Moon mezclada con el ‘Once Lydian’ de Andrew Bayer. Una sesión de 10, pura magia y sentimiento. Superando las expectativas.

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Tras el primer orgasmo musical de la noche, tocaba cambiar de stage (creednos, cómo nos hubiese gustado poder disfrutar de los auténticos W&W y no de la imagen que muestran al mundo hoy en día) para dirigirnos de nuevo al Stardust Area, para deleitarnos con una de las sesiones más exclusivas del festival: Rødhåd, y nada más y nada menos que durante tres horas y tras un cierre espectacular de Julian Jeweil. Minimalismo puro y duro, envuelto en una atmósfera constante de oscuridad y una orgía de sonidos que envolvían a los allí presentes, viéndose imperados por la necesidad de moverse al ritmo que imponía el alemán.

Hemos de reconocer que nos quedamos con ganas de más, puesto que solo pudimos disfrutar de una hora de Rødhåd ya que teníamos una cita en el mainstage con Armin van Buuren, principal reclamo del festival, visible a simple vista en las camisetas y banderas que llevaban una amplia mayoría de los asistentes al evento. Pudimos presenciar el cierre de W&W donde apreciamos temas como ‘The Invasion‘, aunque no en su versión original (dónde habrá quedado la misma…) un curioso remix presuntamente del propio dúo holandés al mítico ‘We Are In Heaven’ de DJ Sammy y como colofón a su actuación, su último hit ‘The One‘ que hizo saltar al público completamente. Tras el cierre de W&W y una espera en silencio, solo sepultado por los acordes de Rødhåd al fondo en el Stardust Area, para poder montar y programar correctamente el juego de luces y visuales que Armin controla con los brazaletes sensoriales que lleva en sus brazos (y pese a que en más de un blog informativo hemos visto achacada esa espera a la organización del festival), procedemos a analizar la sesión más delicada de la noche.

Héroe para el público que iba a disfrutar de una sesión mainstream de big room y progressive house, y villano para los que íbamos a disfrutar de algo de trance, aún a sabiendas de que Armin, hoy por hoy, sólo dedica la última media hora de sus sesiones al mismo. En esta ocasión no fue así y no es una desilusión que no tenga remedio puesto que, al día siguiente en el Ultra Music Festival de Croacia, el propio Armin deslumbró con un cierre del trance más delicioso con temas como ‘The Tribe’, ‘Zero Gravity’ o ‘See The Sun’, ausentes aquella noche en la Ciudad del Rock, puesto que nos tuvimos que conformar con ‘Anahera‘, ‘Ping Pong Apache’ subida de bpms y su último lanzamiento el remix a ‘Game of Thrones‘, continuado de su cierre más enérgico con ese remix de Frontliner en versión hardstyle a una de las canciones marca de la casa de Armin van Buuren, Shivers. Todas sus últimas novedades estuvieron presentes en la sesión, como ‘Panta Rhei‘, ‘Another You (Mark Sixma remix)’ (actuación en vivo inclusive de Mr Probz) o sus nuevas colaboraciones junto a Hardwell y W&W. Las luces controladas, las visuales y el sonido, se unieron para dar un buen sabor de boca en cuanto a la puesta en escena, sumado todo al carisma de Armin que, quieras que no, siempre acaba sacando una sonrisa al espectador.

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Con más pena que gloria, procedimos a darle una oportunidad a la Extreme Camp, el área de hardstyle, puesto que allí se encontraban los cabezas de cartel de la misma, Gunz 4 Hire y para cerrar Art of Fighters vs Mad Dogg, lo cual fuimos alternando con el cierre de la Stardust Area, con un interesante contraste de estilos, desde el hardcore más crudo hasta el propio y mítico ‘Jaguar’ sonando en el otro escenario.

Se hicieron las 9 de la mañana y como estaba previsto, se puso punto y final al primer día de festival.

El sábado era el día del estilo rey, ya que era el techno quien invadía el mainstage y acaparaba sus inmensas pantallas. Mismo procedimiento del día anterior, disfrutando en el parking de un par de copas para entrar en calor mientras poníamos en común el día anterior y narrábamos nuestras respectivas azañas, algunas cuanto menos, curiosas.

Pese a estar situados cerca del Bass Xperience, era el techno quien nos destrozaba el pecho a distancia, y es que Joseph Capriati estaba haciendo magia literalmente en el Winter Stage, sesión que nos obligó a entrar muchísimo antes en conparación con el día anterior, pero la ocasión lo merecía. Ya saben el dicho de que el techno no da segundas oportunidades, y así fue. Una sesión de diez, de las mejores del festival. Carisma y buen hacer para coronarse ante un público ya entregado, y eso que aún no era ni medianoche. Tras el cierre del italiano, continuaba la siempre agradable de escuchar a Maya Jane Coles, que puso algo más de tranquilidad con sus sonidos algo más deep y minimalistas que hacían envolver a la masa allí reunida. Una hora de las dos que estuvo pudimos disfrutar de su técnica (¡Y vaya técnica!) pero el deber nos llamaba. Uno de los principales reclamos del festival, el primer Oro Viejo de la historia al aire libre, comandado por DJ Nano y con los guests de Abel Ramos y de Iván Corrochano, quien se encargaría de realizar un exquisito warm up con ese electro pop de los años 90 tan adecuado para la ocasión.

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El equipo de Trance.es estuvo dividido entre el mainstage y Oro Viejo para poder cubrir ambos escenarios, por lo cual, como hay bastante más materia que sacar allí por nuestra parte, realizaremos una crónica adjunta exclusivamente del Oro Viejo Stage para analizar toda la sesión de manera más exclusiva.

Volvíamos al mainstage para disfrutar de Matador, quien nos deleitó con un set en Live cargado de contundencia y oscuridad para dar paso a Deep Dish, la unión compuesta por Dubfire y Sharam, el principal y más exclusivo reclamo del segundo día. Sonidos ácidos y una atmósfera melódica, más alejado del concepto actual de techno, estancados en una esencia más ‘old school’, el dúo nos dejó un sabor de boca exquisito, con una sesión alucinante y una puesta en escena brutal. Era imposible parar de bailar. Tras la sobrebia actuación del dúo iraní, una de las mejores del festival, nos preparábamos para Tale of Us, la otra perla del sábado. Contundencia y oscuridad a partes iguales, una sesión espectacular de principio a fin que haría peor cualquier ápice de música que fuese escuchado después. Y así fue. Aparte de por la espectacularidad de lo antes visto, las sesiones venideras de Marco Carola no estuvieron a la altura ni para ellos mismos.

Marco Carola era el principal reclamo del Winter Stage pero fue sin duda uno de los batacazos de la noche. No fue la sesión más acertada del italiano en cuanto a selección musical y calidad individual de cada uno de los temas allí puestos, por lo que decidimos poner rumbo hacia Oro Viejo para disfrutar de temas como ‘The Space Melody’, ‘Adagio for Strings’, ‘Better of Alone’, o el mítico ‘Flying Free‘ de Xavi Metralla y DJ Skudero presentado por Pont Aeri.

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Comenzaba a amanecer y nos dirigíamos hacia el Winter Stage de nuevo para deleitarnos de Joris Voorn, con más gente en la cabina con Carola que en el público. ¡Era increíble la que tenía allí arriba montada el italiano! Ya con el sol azotándonos en las nucas, Joris Voorn ponía el broche de oro al festival, cerrando una primera edición sobresaliente, pero con una sesión bastante más floja que lo que él es capaz de dar, con variaciones entre el house más bailable y fresco, el deep house más melódico e incluso techno que bien podría salir de sellos como Drumcode. Una sesión de contrastes y bastante contundente para el momento y la ocasión pero bastante agradable y bailable al fin y al cabo, dejando sus perlas ‘Goodbye Fly‘ y ‘Ringo‘ para el cierre con todo el público rendido a sus pies y bailando sin parar.

Así vivimos nosotros la primera edición de A Summer Story, la cual adjuntamos un vídeo con todo lo que pudimos grabar del festival en cuestión. Ésta es la pura consecuencia de que, el hacer bien las cosas, sólo puede traer buenas consecuencias. Sublime organización, sublime el cartel, sublime la variedad de estilos y sublime el público.

Nos vemos en 2016. ¡Viva la música electrónica!